24.12.12

Los arquitectistas y sus espacios.



Frecuentemente escucho a arquitectistas referirse a los lugares dentro de un límite como espacios. Refiriéndose no sé a qué y mucho menos porqué. Der straum ist; es òntico no ontológico, no contiene, permite ser por consecuencia. Limitar en contención ('dentro') durante el [Espacio/Tiempo] refiere cognitivamente un lugar para sujeto referenciado de objeto. El arquitecto trabaja con lugares limitados por objeto, no con "espacios". Pluralizar el [Espacio/Tiempo] entendiéndolo como un signo de lenguaje es cosa de arquitectistas y es un indicador de ignorancia. Hacer lugar comprende el entendimiento de parámetros complejos, abarcando estudios individuales, sociales y contextuales, además de depender de sus combinaciones respecto a la percepción temporal individual contenida en el lugar limitado por objeto específico o general.


“Espacios” son de arquitectistas que viven esperando el próximo congreso de Arquine como si se tratara de la segunda llegada de Jesús o el nuevo Iphone solo para poder regresar a sus universidades y despachos a quejarse de lo mala que estuvo la conferencia de Zaha y como ellos pudieron haberlo hecho mejor, arquitectistas que llevan bajo el brazo una inmaculada libreta Moleskine llena de las mas grandiosas ideas y sueños de genialidad Le Corbusierana que nunca llegan a culminarse y entre los dedos, un lapicero peculiar que compraron la última vez que visitaron la Pedrera o que trajeron de su viaje de mochilazo por Asia y Europa, arquitectistas que pasaron cinco años de su vida metidos en una institución repitiendo procesos de representación y 0.000001% de ese tiempo tratando de entender realmente lo que deben hacer, arquitectistas dedicados a coleccionar fotografías de los conocidos, reconocidos, repetidos y reiterados logros arquitectónicos del pasado, arquitectistas educados por Google Images, arquitectistas de Internet, arquitectistas por aquí, arquitectistas por allá, arquitectistas por delante, arquitectistas por detrás.



Estos arquitectistas dedicados endemoniadamente a vender y promulgar el camino del libre mercadeo, de las ofertas y el consumo de la máquina para vivir, arquitectistas que han condenado el servicio prestado por el ARQUITECTO a las filas de objetos de deseo de las señoras copetonas del Pedregal o de Bosques de las Lomas, impregnando al mundo con una idea incorrecta del servicio y placer de edificar, convirtiéndolo en un producto para combinar con el nuevo Mercedes o los tacones Manolo Blahnik que compraron en la barata de fin de año de Palacio de Hierro, que puede o no estar a la moda, que puede imprimirse en revistas y ser manipulada por una señora en sus cincuentas en el Discovery Channel para cambiarle la vida a dos pobres desgraciados; ahora nos corresponde reparar el daño y no va a ser fácil, para que me entiendan mejor los de la generación reality show, va a ser necesario un extreme makeover a la “The Swan”:

La arquitectura no es un algo que se presume, no es un algo que se pueda producir en masa, no es un producto de distribución masiva, no puede llevarse a cabo en el menor tiempo posible, no puede fotografiarse, pintarse, video-grabarse, esculpirse o instagramearse, no es un tweet ni un status de Facebook; no es deshechable. La edificación no responde a modas ni caprichos personales.
Reitero:

¡LA EDIFICACIÓN NO RESPONDE A MODAS NI A CAPRICHOS PERSONALES!



Aquellos que dicen crear espacios están faltando a milenios de entendimiento humano y a mi parecer deberían ser quemados en una hoguera al puritito estilo medieval, o siendo mas actuales, atados y abandonados en alguna zanja en Apatzingán o amarrarlos a una silla mientras revientan su smartphone con un martillo. Retomando las sabias palabras distribuidas por el canal 5 durante los noventas, de toparse con uno es mejor denunciarlo, contarle a quien sea no solo a quien más confianza le tengas, mandarlo a chingar a su madre, a una biblioteca o de plano a un pantano rednequero del sur de Estados Unidos. Estoy molesto, estoy molesto por tener que lidiar con ellos y ustedes deberían estarlo también. Si de alguna manera te queda el saco de arquitectista, haz paro y toma consejo:



1.- Cállate un rato y escucha.

2.- Lee y deja de dibujar en tu Moleskine.
3.- Deja de ser un groupie, los arquitectos no son cantantes de K-pop.
4.- Se crítico, olvida el gusto.
5.- Entiende la diferencia entre construir y edificar, aprehéndela. Jesús Rábago puede ayudar.
6.- Le Corbusier y todos esos güeyes modernos/modernistas ya fueron hace casi 100 años, supéralo.
7.- Paramétrico no es un grasshoperazo.
8.- Estudia, estudia, estudia, estudia.
9.- LAS PERSONAS SON LA MATERIA PRIMA BÁSICA DE LA ARQUITECTURA.


Saludos.




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