26.2.15

Lo que un ladrillo fuera, yo ya quisiera.






arquitecto, ta.
(del lat. architectus, y este del gr. ἀρχιτέκτων de ἀρχι "jefe" y τέκτων "constructor") maestro constructor, nahuatl kalmanani (kalmana "construir, edificar" kalmanayotl "construcción"), del ru. архитектор. Una persona que edifica ¡Quién edifica! hasta aquí es bastante claro lo que hace el Arquitecto según cualquier etimología que pueda investigarse, es cuando la palabra [Arquitectura] aparece que cualquier esfuerzo por definir el trabajo 'arquitectónico' cae en oídos sordos y con esta definición del rae.-es 1. m. y f. persona que profesa o ejerce la arquitectura-, que recaemos en la duda ¿Qué es Arquitectura? Que por respeto al mas primero de los atacantes a este problema será en esta ocasión Vitrubio quién marcará el ritmo de este texto:

La Archîtectura es una ciencia adornada de otras muchas disciplinas y conocimientos, por el juicio de la qual pasan las obras de las otras artes. Es práctica y teórica. La pr-actica es una continua y expedita freqüentacion del uso, executada con las manos, sobre la materia correspodiente á lo que se desea formar. La teórica es la que sabe explicar y demostrar con la sutileza y leyes de la proporción, las obras executadas. Asi, los Archîtectos que sin letras solo procuraron ser prácticos y diestros de manos, no pudieron con sus obras, conseguir crédito alguno. Los que se fiaron del solo raciocinio y letras, siguieron una sombra de la cosa, nó la cosa misma. Pero los que se instruyeron en ambas, como prevenidos de todas armas, consiguieron brevemente y con aplausos lo que se propusieron.

En otras palabras (que no buscan descartar las de Vitru definitivamente y porque en primer lugar sería casi imposible para mi en este momento hacerlo): construye objetos de masa suficientemente extensa para que un humano pueda realizar algún y cualquier tipo de actividad relacionada con vivir referenciándose en ellos mismos y canalizándose a través de el estudio y habilidades de algún otro que se denomine arquitecto, Edificios. Estos Edificios son objetos muy complejos, y no me refiero a que su complejidad derive del proceso de diseño, son complejos en el instante que dejan de pertenecer al imaginario individual del Arquitecto y pasan a ser parte del imaginario social (acto que sucede a haber pertenecido, ironicamente, al imaginario social o individual), un lugar donde manda el objeto sobre el sujeto, una relación que empieza a imaginarse desde el primer momento en que ambos se acontecen, hacen teatro reciproco; uno de los dos podrá, gracias a su memoria, permanecer en ese momento por siempre, el otro, permanecerá por siempre instantáneo. Un acto que es para si y para otros, lugares donde el sujeto se mimetiza con el objeto pasando a ser de su pertenecerle, ya no hay dos, hay uno.

El imaginario social, el edificio y el humano atrapados en una relación sempiterna. A diferencia de cualquier otro objeto construido por humanos, aquellos generados por la rama 'Arquitectónica' son de naturaleza impositiva y autoritaria en el sentido de no poder evitar su influencia cognoscitiva y programática.
Uno puede elegir que prendas de ropa utilizar, sentarse o no sobre una silla, comer una manzana o una pera, ver Star Trek o Star Wars o salir con una mujer nacional o extranjera, y así millones de casos en los que la relación objetual humana se ve atada a la elección individual. La naturaleza urbana de la interacción con los edificios los hace inevitables, tan inevitables como la lluvia y el calor producido por la incidencia solar sobre el planeta.
Todos los días millones de personas recorren millones de ciudades para llegar a millones de destinos (un trayecto A-B), durante el trayecto el humano se cruzará con otros tantos millones de personas, objetos y situaciones que podrán variar respecto al tiempo (vulgar) pero todos estarán contenidos por objetos 'Arquitectónicos', los mismos, todos los días, toda la interacción sucedida dentro de la ciudad es contenida por objeto construido. Toda. No puede evitarse de ninguna manera, sea porque transitas entre muros de rascacielos, camines por un parque rodeado de casas o estes esperando en la cadena de un antro al que no vas a entrar, tu comportamiento y el de los demás es moderado por el objeto edificado.

Edificación (del latín aedificato, derivado del indoeuropeo aidhifiatio: aidh, fuego penetrante, búsqueda profunda; ficare, facere, hacer, fabricar [Gómez de Silva 1988]). La fugacidad del objeto contra la eternidad del lugar. El objeto mediador tangible entre [Espacio/Tiempo] y [Sujeto]. La Referencia humana última. Es razón y consecuencia, un edificio dicta porqué, para qué, hacia qué, durante cuanto y como nos movemos y comportamos. Define quienes y cuando somos. La última ocasión en que un humano no fue definido a partir de objeto edificado el fuego no había sido domado. El Real Madrid no es nada sin el Bernabeu ni el rey es rey sin su castillo. Es el edificio quien permite a las termitas tolerar y manipular los cambios de temperatura propiciados por el clima en la sabana y su propia existencia dentro de la colonia. Con edificios fue que Albert Speer, Adolf Hitler y Haussmann erigieron la imagen del Reich y reinventaron París y con ella a los parisinos. HITLER INVENTÓ PARÍS, se los dejo de tarea.

Entonces un arquitecto hace edificios y por consecuencia el edificio contiene, limita e influencia el comportamiento del ser, un objeto pervertidor ¿Deberíamos entonces preocuparnos por lo que hace el edificio y no por lo que hace el arquitecto? ¿Qué están haciendo los edificios? ¿Es correcto pensar al edificio como un ente finito? ¿Hasta donde y sobre quien actúa el edificio?

¿Arquitecto o Edificando? Ustedes dicen.



Ahora, en tiempos en los que Calatrava construye la estación de tren mas cara del universo, Zaha proyecta el aeropuerto mas grande del universo y Gehry construyó el edificio mas feo del universo (dicen), cientos de muchachillos arquitectistas los observan, suspiran enamorados y se imaginan siendo ellos los próximos grandes despilfarradores de materia de desecho orgánica esculpida en las mas extravagantes formas que sus cabecitas pudieran imaginar o en mexicano: mierda. Ya sea que estes en el ITESO, el TEC, la UNE o el CCH el sueño es el mismo, tapizar las portadas de las mas prestigiosas revistas de diseño y arquitectura con el título "Revolucionario", "Genial", "Vanguardita" o "Life Changing", una vez graduados, pum papá, a poner el despacho de tus sueños y alcanzar el sin límite de la fama y la fortuna. Archistars instantáneos con esas ideas que solo sketchup puede realizar, no hablemos nunca de aprender a programar, la lectura de libros llenos de palabras rebuscadas que toman horas de tu tiempo para comprender y que bien pudieran utilizarse en salir a la plaza a comprar zapatos, trajes y corbatas de diseñador, porque parecer es ser ¿Qué no? ¿De dónde vamos a sacar arquitectos? Pero arqui, ¿no ves que de las universidades cada año se gradúan millones de jóvenes que prometen llevar nuestras economías a niveles estratosfericamente exitosos? En este artículo y cito "Según la Organización Internacional del Trabajo, unos 8 millones jóvenes latinoamericanos están desempleados y otros 27 millones están trabajando en la informalidad" además continua enlistando las razones y los pormenores de como nuestros tan excelentes profesionistas, no dan el ancho para realizar el trabajo para el que se les preparo. 

Dejemos de lado los millones de profesionales que terminarán detrás de un escritorio, manejando un tsuru de la empresa y haciendo mandados para otros, y atengámonos a los que estudian, estudiaron o estudiaran la carrera de "arquitectura", ¿qué chingados vamos a hacer si nuestras esperanzas de mejor calidad de vida, ciudades que promuevan el crecimiento intelectual del tejido social o el diseño superficial de hermosas esculturas habitables cae en manos de estos malandros maleducados y con fines desdeñables? Bueno pues, estamos de suerte, no hace falta contestar, simplemente basta con observar los hermosos alrededores de todas y cualquiera de las ciudades de nuestro país, ahí donde los hermosos cinturones de pobreza son embellecidos por el trabajo de GEO, ARA u otra compañía tres letrera de cuarta. Ahí donde reside nuestra fuerza de trabajo, la base de la pirámide, el maistro, el taxista y el taquero, todos ellos que merecen eso que tienen: mierda. No, no, arqui, pero es que a ellos, les están haciendo el favor de otorgarles servicios, un lugar para habitar que dista de una casa de cartón, es un gran logro que podamos albergarlos en este tipo de urbanizaciones ¿Qué no lo ve? NO, no lo veo, lo que puedo observar es una falta de moral manejando miles de trabajadores bajo el nombre de empresas que buscan una sola cosa: aprovechar los presupuestos destinados por el gobierno para la manufactura de vivienda con el fin de obtener ganancias y viéndolo desde esa perspectiva, que exitosos han sido.

En México un archistar pudiera considerarse también quien logra obtener la mayor ganancia en el menor tiempo posible y el esfuerzo mas vago que se le ocurra. Ahí esta, venga, bien hecho y lo demás, así se ve, así se siente y así se va a quedar. Archismart, never.  Como arquitectos, estamos fallando, como humanos, estamos fallando y como mexicanos la estamos cagando en grande. Buscamos en nuestro construir pasar de papel a proyecto terminado en el menor tiempo posible desaprovechando los dotes comunitarios y económicos de construir, que digo construir ¡edificar! la cultura selfie se filtro hasta nuestro centro y lo esta destruyendo, ahí estamos jugando como los hijos de Tezcatlipoca como si pudiéramos crear mundos y seres que los habiten ¿Qué nos hemos creído? estamos sumidos en la porquería.

Archismart, no. Archistar no. Necesitamos arquitectos; ojalai lo entendamos pronto.

Querido Vitrubio: Discúlpalos porqué prefieren la nueva gopro que hacer un trabajo respetable.

Saludos.


26.9.13

La estética del tiempo en presente.


Que disgusto el gusto de quien gusta degustar. Del gusto que gusta solo por gustar y no elabora a un gusto disgustoso que no busca gustar. Para que gusto si al final el gusto a otro le ha de disgustar. Construyo gusto y pronto todo se ha de derrumbar y lo que se mantenga de pie a gusto pronto se ha de olvidar. De gusto la moda sabe mucho pues ella lo ha de predicar, la moda es gusto que se recicla en boca de cualquiera y ojos de todos para ninguno en realidad. Gusto  en oferta y a granel en vitrinas y plazas, en comercios y comerciales, patrocinios, entrepáginas revisteras y popups de aplicaciones gratuitas. El gusto caro es mejor gusto porqué cuesta no pensarlo, y el que piensa difícil no ha de regalar el gusto para el disgustado. Que gusto el gusto de la moda pues este ha de ser modificado. Que disgusto que el gusto se haya vuelto de buen gusto ¿quién quiere gusto? Quien quiera gusto que le cueste. Que el gusto del mercader se empeñe y no se pague. 

El eterno esteticismo cambiante inasible e imperdonable que esclaviza el ojo, el oído y la lengua. La lengua que saborea repitiendo a diestra y punta lo que le entra al oído indefenso de la imagen gustosa que ataca rápido a quien le
enfrenta. Dichosos dioses de la estética que a tecla y pantalla táctil, cobardes escudados de mil filtros, prostituyen mil estéticas apelando al gusto que escapa y se acuesta con el vecino y el amigo de las redes sociales. Gusto en tumbler no sé ni sabe nadie, gusto en tacones de pasarela y millones de dólares para que desde un carruaje estático pueda retomarse la pantalla y enviar gusto por paquetería a la puerta del esteticista ansioso por futuro fresco. Futuro gusto que prontamente y en tres canales y un superbowl será pasado encerrado en dos bolsas de plástico que harán a cuenta de otro inconexo impermeable del gusto con el que se hiciera el paquete amado antes.

Gustoso futuro de disgustar pasados repletos de moda estetizada. Gustoso disgusto consecuente del gusto de otros. Gustoso imaginario recurrente sediento de más nunca de menos, de nuevo nuevo novedad antes que mantener antigüedad. Gustoso disgusto no mas derrumbaras lo edificado ni contaminarás el ladrillo valeroso del caballero constructor. Gusto, ilusión de falsas temporadas e inventos desesperados. No gustes gusto a los disgustados que ya perecerán de poco gustar lo disgusto. Disgustado me tienes gusto y no me has de gustar hasta que liberes a los otros pobres que toda la vida te tratarán de alcanzar.


3.6.13

El Soumaya y la bestia.



El Soumaya obra del Arquitecto Fernando Romero es un edificio hermoso y emito el siguiente juicio no en defensa de su peculiaridad pues es claro que es único, sino apelando a la perfección de su naturaleza. Su forma escultural destaca de entre los millones de bloques incipientes que lo amurallan, cuadra tras cuadra de la capital los edificios forman cañones ortogonales de extensión infinita, muros de gran altura que albergan a la población humana de la ciudad, contenedores grises que se repiten variando mínimamente uno respecto del otro, cicatrices de un pueblo que ha olvidado el presente y persigue un futuro que no llega nunca; construcciones no edificadas, vacuedad objetual pura. De entre tantos cubículos humanos pocas son las piezas urbanas que explotan la plasticidad del objeto, estructuras minerales primitivas con fines de lucro y no de vida. Lo más rápido, lo más barato y lo más comercial ha invadido virulentamente la gestión arquitectónica, pero no la obra de Romero. No, no, no, gracias Romero por exagerar y pervertir el paisaje, por fin un respiro de frescura entre tanto estupor, el Soumaya gana la batalla contra repetición y de qué manera ¿Qué no lo ven? Su forma más que parecer editada por un arquitecto es simplemente caótica, como un organismo que decidió plantarse en nuestra ciudad, todavía espero que empiece a respirar o a reproducirse, eso, que se reproduzca sería perfecto.

Gran día cuando estuve frente a él por primera vez, oh Soumaya tu belleza es única. A distancia uno no puede evitar verlo y sucumbir ante su peculiaridad, ahí nada más entre sus congeneres inocuos, como murallas de espejo esperando contagiarse de su perfección, pero no pueden, ellos son esclavos de su programa, oficinas y trámites nada más, lo de siempre, la repetición. A sus pies no pude evitar rodearlo con la cabeza en alto, observarlo con disfrute, tratando con guardias que buscaban obstaculizar mi camino pero no lo permití. Lo rodeo y mas me enamoro, me despierta cada reflejo sobre su curvada fachada infinita, se que Bellas Artes esta celosa de no ser mas el único ejemplo de arquitectura despampanante en la ciudad, si tan solo el Arquitecto Boari viviera, hubiera sido para él un deleite visitarlo.

Al interior, de su pomposa fachada no queda nada, un abrupto y blanquesco lugar se desenvuelve para el visitante desde el acceso principal y de remate ¡Pum! El pensador, ahí cobijado de nada, sólo con sus ideas que son las de todos. De tanta blancura uno corre peligro de golpearse con la curva que hacen las rampas con los muros o de caer víctima de las circulaciones sin barandales y es perfecto, ya estoy cansado de tanta accesibilidad y cuidado por la verticalidad ¡gracias Romero por proyectar peligro! Un edificio que no solo esta ahí para lo otro sino que se postra seguro y orgulloso de formar parte de la experiencia. La colección del museo es basta y espectacular es cierto, tal vez no de talla mundial ni correctamente curada pero el marco que la tiene ¡Uf! no pude quitarle los ojos, ni los pies, ni las manos. Entre mas escalaba mas me olvidaba que aún existía un afuera o que estaba en un museo, negue el contexto para sumergirme de lleno en él y que grato fue.
La belleza ha ido perdiendo sus dotes de originalidad frente a la nueva belleza que proclama uniformidad; la belleza que es digna de un espectacular de Periférico o de las entrepáginas de alguna revista social ¡Menos maquillaje y mas fachada! ¡Menos repetir y mas experimentar! ¡Mas Soumaya y menos MUAC! El Soumaya es estandarte de la belleza mexicana por permitirnos criticarlo tanto y con tanta pasión, por haber sido creado bajo tanta tempestad y por ser una total exageración. Es perfecto ejemplo del edificio imponente que no se esconde ni se justifica, no responde a nada ni a nadie, ahí nada mas siendo caprichoso. La obra de Romero debe considerarse sin lugar a dudas bella y nada menos, que importa si es un museo o no, que importa cuanto costo y quien lo patrocinó, que importa su procedencia y su finalidad, esta ahí para todos, como si siempre lo hubiera estado; es mío y tuyo, pobres arquitectistas que se refugian en la critica cegados por la repetición y la seguridad de lo que es comercial, pobres pues no pueden ir mas allá para disfrutar de su magnificencia condenándolo por ser diferente. Gran edificio. Gran lugar.  

¡Viva Soumaya!

Saludos.

2.6.13

La paradoja del Arquitecto


Al momento de redactar estas palabras me encuentro sentado sobre una silla, en una habitación, en un departamento, en un edificio, en una manzana, en una colonia, en una ciudad, en un país, en un continente, en un planeta, en el espacio/tiempo; pero me interesa más definir donde soy. Donde, refiriendome no a mi lugar en el espacio sino a la referencia objetual que me contiene, la referencia que límita mi percepcion y dicta mi actuar, donde, como en un lugar que existe solo si eres humano, donde soy lo que estoy siendo. Donde estamos todos. El donde que ha definido lo que somos como especie y dicta de manera totalitaria las acciones que llevamos a cabo como individuos y como conjunto. Este donde que es humano y solamente humano requiere de la interacción de un alguien para existir, el donde que es edificado y edifica simultaneamente. Donde, no es un lugar, es una condición constante y eterna, sin donde, no se es. El donde pertenece y hace pertenecer pero no para si, sino para otro.

Somos todos dentro del límite corporeo, el primer y único lugar que se habita desde la gestación, el donde que aparece con nostros y se comporta con nosotros para nosotros, el primer lugar a edificar, la prioridad máxima de habitabilidad. Diferente a cualquier donde que podamos percibir, el cuerpo es el último limitante de nuestro existir, somos en el y estamos indefinidamente anclados a nuestra naturaleza biológica. Este donde es el que define el como, el cuando, el porqué y el quien, el donde no puede definirse nunca con exactitud para nadie, puede percibirse en fracciones construyéndolo para uno con las habilidades que el donde biológico nos provee. Para todos, en todo momento somos donde.

Donde yo estoy no puede abstraerse al nivel que este medio me obliga, mi donde es para mi y solo para mi en todo momento, es el mismo donde que nos tiene a todos, siendo este intransferible e incomunicable, es yo y yo soy él. A otro nivel epistemológico donde, es un lugar que puede definirse por referencia, un lugar nombrado: el mar, la casa, la silla, la calle, la ciudad, el planeta, el espacio, el bosque, un árbol o el internet, todos construyen para nosotros el artificio del lugar manipulable y manipulador, son ahí nada mas hasta que se interactua con ellos, hasta que se perciben y se consumen. El lugar nombrado ha adquirido su naturaleza humana por consecuencia de su interactuar con la especie ¿Para qué sirve el lugar? ¿Cómo lo habitamos? ¿Cómo nos afecta y manipula? ¿Como lo afectamos y manipulamos? pero aún mas importante ¿Quién lo manipula y para qué? El Arquitecto o ¿El Arquitecto? Digamos que coloco a un humano dentro de una habitación cúbica homogeneamente iluminada sin vanos en los muros, acompañado de una mesa y sobre ella un vaso y una jarra con agua; digamos también que este humano tiene sed; digamos entonces que mi humano toma la jarra con su mano derecha, toma el vaso con su mano izquierda acercándolo a la jarra y vierte el contenido de la jarra dentro de los límites del vaso, bebe el agua y regresa el vaso y la jarra a su posición inicial sobre la mesa. Si en el pequeño universo límitado de la habitación solo existe el humano y es él, quien a partir del contexto dado manipula el objeto fundamentado en su propio conocimiento, memoria y análisis del lugar entonces  ¿Esta tomando el papel de Arquitecto, Arquitectura y habitante simultáneamente?  ¿La edificación del acto lo convierte en parte del edificio?


Si expando la habitación cúbica indefinidamente, reproduzco al humano por millares y sustituyo el vaso, la jarra y su interacción por la infinidad de variables posibles de esta realidad ¿Cómo saber quien es el Arquitecto si este se define por el lugar nombrado por los otros, si el lugar se define por quien lo ha nombrado y el nombre es consecuencia de nuestra interacción con el lugar? ¿Quién es suficientemente Arquitecto para abstraerse de si y de los otros? ¿Qué constituye el acto de la Arquitectura? La autoridad percibida por el Arquitecto nombrado por los otros lo dota de la ilusión de máximo manipulador y proyector de límites, dibujante del donde, se auto-excusa del contexto que lo contiene y se estratifica en equidad con el lugar cuando en realidad el Arquitecto es quien habita y es  influenciado, el Arquitecto somos todos sin excepción de nadie. Arquitecto manipulado y manipulador, Arquitecto contenido y contenedor, se es Arquitecto de la misma forma que se es humano, Humano/Arquitecto ni una ni la otra por separado.

Este Antropotecto sabe que para entender al Arquitecto se necesita estudiar la Arquitectura individual, permitir que esta siga edificándose a partir del lugar que se habita, aportar al Donde personal mediando lo que se ha sido y lo que se será utilizando el objeto habitable construído. La naturaleza arquitectónica del ser humano lo dota de habilidades de afectación para con los otros y con si mismo y pretender que haber sido nombrado Arquitecto institucionalmente nos provee la capacidad de superponernos a la experiencia de vivir de los otros y nos da licencia de manipular el donde a partir de nuestra propia perspectiva da cabida a intervenir el espacio de manera equívoca con consecuencias devastadoras. El Arquitecto esta sumergido en su propio Donde y lo seguirá estando, edifique lo que edifique y construya lo que construya, no hay quien se excuse de esta condición pues es sólo desde la caja que uno puede estudiar la caja, no hay manera de escapar.

Al momento de redactar estas palabras me encuentro sentado sobre una silla, sentado en una habitación, sentado en un departamento, sentado en un edificio. Soy con el edificio y el es conmigo. Soy Arquitecto y habitante simultáneo, me repito por consecuencia tal vez, pero me repito.


Todos somos donde.

Saludos.